viernes, 14 de marzo de 2008

La nueva de Amenábar

Rachel con Amenábar y otro tío
Rachel Weisz es tan bella que se entiende que le llene los ojos a Alejandro Amenábar, un tipo aficionado a los actores de gestualidad poderosa: Nicole Kidman, Eduardo Noriega, Javier Bardem, la sorprendente Belén Rueda —fíjate: a ella me la imagino en La señorita Julia—, incluso la Pé Cruz... Los niños de Los Otros tenían esa clase de rostros que se vino a poner de moda hace unos quince años: aspecto adulto, una especie de circunspección que pone en duda si quien te mira no ocultará algo.

Y luego, Rachel Weisz: hermosa, hermosa como pocas actrices hoy, precisa en sus papeles a tal grado que es su personalidad lo primero que llena en la cámara: The Fountain, The constant gardener, ¿vieron About a boy? Las cintas de La Momia, Runaway jury, Confidence, su papel en la Belleza robada de Bertolucci... Dios, no he visto My Blueberry nights de Wong Kar Wai.

Rachel protagonizará Ágora. Amenábar: púlete. Te quedas con una de las actrices de mayor clase en toda Europa.

Provecho, tío.

(¡A TRABAJAR!)

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