jueves, 22 de mayo de 2008

Y don Woody y The Guardian y todo lo demás


The Guardian publicó un venenoso artículo contra don Woody Allen, enfurecido, el articulista, deduzco, por la que cree baja calidad de Vicky Cristina Barcelona, su más reciente cinta. Y un dato en concreto aventura: que don Woody no hace una buena gran cinta desde Bullets over Broadway. Lo cual está canijo: ignora Match Point, que ya es un insulto contra la filmografía del señor, y se brinca además una selecta pareja de cintas post-94: Deconstructing Harry y la colosal Sweet & lowdown, nada menos. (En otros días, menos infaustos, The Guardian hablaba de otros temas con Woody Allen.)


El Blogdecine ha publicado un post con una respuesta al virulento artículo en cuestión, y ha convocado a una legión de entusiastas mediana o totalmente de acuerdo con la que es ya una protesta contra The Guardian. Lo que debe servir para recordar una de las muchas, y quizá menos relevantes, cualidades que anotar al cine de don Woody: es adorable. Sus seguidores le rinden un culto más allá del culto: la profesión de una fe agnóstica, crítica pero cariñosa, amistosamente escéptica. Todos queremos a don Woody, y le hemos perdonado los que consideramos yerros, parecen decir, porque, en sus aciertos, ha ido más allá de lo que muchos otros cineastas han sido capaces de ir.

Ahora bien: quererlo, al viejito, ¿obvia sus fracasos? ¿Lo queremos pese a Hollywood ending, pese a Anything else, pese a Scoop? ¿Pese a Cassandra's dream, por todos los dioses? Si no hubiera controversia, lo que sigue sería aburridísimo, y hoy es apenas cierto: que hay una distancia seria entre distinguir que don Woody ha metido la pata en varias ocasiones y proclamar que es hora de que ya nadie le dé dinero para sus cintas.


Antes he escrito cómo quiero a don Woody. Match Point me parece un peliculón y Bullets over Broadway, sin ser de mis favoritas, me produce una memoria feliz: ¡la vi en el cine! Espero ver en el cine Vicky Cristina Barcelona y, si es el caso, tendré que disculparle de nuevo lo que haya hecho. El menor de sus aciertos, en mi galería de trofeos de su cine, pongamos por caso Melinda & Melinda, me alegra casi cualquier día.

Otra vez, gracias, don Woody.

(WHO GUARDS THE GUARDIAN?

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