domingo, 22 de junio de 2008

De cine y de Dustin con Meryl y de Laura con PS Hoffman

1. Van ocho películas que no he votado ni registrado en mis listas porque los archivos estaban en el disco duro de Audrey y, honestamente, no me he atrevido a hacer esa especie de cableada autopsia que supone pasar el disco a otra PC. Estoy pensando cuánto tiempo llevaré luto por ella. Son: Cul-de-sac, de don Roman; Everyone says I love you, de don Woody; The brave one, aquélla con Jodie Foster y con Terrence Howard; Marathon man, la de John Schlesinger con el fantástico Dustin Hoffman y el asombroso don sir Laurence Olivier; The Happenning, la de Shyamalan; Hulk, con Edward Norton y Tim Roth; Die fälscher, que la vi hoy en el Cineforo, bajo una tormenta que nos arruinó la proyección varias veces; y finalmente, The Savages, que acabo de ver en la tele. Y eso me lleva al punto siguiente.


2. The Savages puede que no sea una gran película, en principio porque no es un gran guión, con todo y que es mejor que la mayoría de las que cité antes (excepto, jaja, por Cul-de-sac). Lo que sí es que resulta un gigantesco ejemplo de actuaciones de primerísimo nivel para cine: PS Hoffman domina a tal punto su arte, que es ocioso decir cualquier cosa acerca de su desempeño individual; y Laura Linney es a tal grado una gran actriz, que lanzar una perorata acerca del tema es irrelevante. Lo irresponsable sería no señalar el tremendo logro que es reunir en un ambiente armónico a dos actores de este tamaño, hacerlos trabajar juntos y encontrar la mejor edición y el mejor ritmo para una cinta donde ellos son capaces de hacerlo todo. Más que parecer dos hermanos, actúan a dos hermanos, que se conocen desde los primeros días de la vida, que entienden las exageraciones y los dramas y las mentiras uno del otro, y el resultado es un cacerolazo de arte actoral que lo deja a uno pasmado toda la noche. ¡Laura Linney es la PS Hoffman de nuestros tiempos! Es una actriz fuerte, firme, solidísima, con tablas y experiencia, con naturalidad y encanto, con gestos tan humanos que son repulsivos, con un patetismo sincero y con un cierto grado de simpatía humilde y sencilla... que sólo pueden servir para actuar bien si has aprendido a actuar bien. La directora debe haberse ido a la cama todas las noches aterrorizada de tener frente a la cámara a estos dos monstruos. Y al final, cuando vio su película, debe haberse asombrado de lo bien que trabajó con ellos. Es la película mejor interpretada de muchos meses. Sólo los actores auténticamente profesionales pueden conseguir personajes así de geniales. Y eso me lleva al punto siguiente.


3. El Mundo hace un perfilito sobre Dustin Hoffman e incluye una larga pero demasiado breve fotogalería de sus películas. Ted Kramer viene a ser mi personaje favorito del cine que conozco, pero a veces se me olvida lo fundamental que resultará Dustin Hoffman para entender los estilos de interpretación del siglo XXI: en contraste con titanes del tamaño de De Niro o Nicholson o Pacino, por hablar de los gringos, Dustin Hoffman es una especie de clown hiperdotado de talento histriónico que emplea su desbordante energía para un efecto compacto: todos los otros explotan, él estalla hacia adentro, y el efecto de lo que ocurre de su piel hacia afuera es fascinante. Dustin Hoffman es siempre el mismo actor, con una especie de catálogo gestual muy reducido; la cosa es que siempre es un personaje distinto, dotado de rasgos humanos individualísimos, de estudiadas fortalezas y debilidades y de cualidades afinadas frente a la cámara como haría un tapicero con la tachuela que queda más a la vista del mueble que debe entregar a la mañana siguiente. Sabemos que se solaza en esa exposición de sus habilidades, pero siempre queremos ver más: porque en él hay algo fabuloso que se nos escapa, una cuidada exageración que nos deja claro que está haciendo cine, pero sólo para condimentar el canónico trabajo de interpretación en el que se sumerge cada vez. Es lo ridículo a propósito. Es una especie de Groucho Marx del método Strasberg. Entre El graduado o Perros de paja o Wag the dog o Kramer vs. Kramer o El perfume de Tykwer están varios de los más divertidos secretos de la actuación del final del siglo XX. Y nunca terminaremos de agradecerle que los haya hecho públicos. Me queda la impresión de que se está burlando de nosotros y que se reirá a carcajadas en el último momento. Como su lejano pariente PS Hoffman, luce que es un escándalo con una actriz de sus tamaños. Por eso me acordaba de Kramer vs. Kramer. Y eso me lleva al punto siguiente.

4. Hoy cumple años Meryl Streep. 59 nomás. No entenderemos lo importante que ha sido. No en nuestro tiempo. Y no todos.

Y ahora sí: nada me lleva al siguiente punto.

Tengo cosas que hacer.

(¡DE VERAS PARECE QUE SON HERMANOS DESDE SIEMPRE!)

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