jueves, 17 de julio de 2008

As tears go by


Es la primera película de Wong Kar Wai, su título en español es El fluir de las lágrimas, la compré el otro día y la vi con calma. La vi por primera vez hace unos cuatro años y me sirvió para confirmar el impacto profundísimo que me produjo In the mood for love, el más celebrado largo de Kar Wai, y el primero que vi yo. Don Wong es mi director favorito entre los favoritos. Es una lástima que haber sobrevivido a los ochenta le dejara tantas cicatrices evidentes a As tears go by: hay en ella un tufo a viejito que nunca jamás acusarán sus demás cintas. Imágenes, ambientes, ideas, modelos, clichés... y música algo lamentable (“y aquí volvemos a meter un pedacito de Take my breath away, ¿cómo ves?”).

Y, no obstante, uno se lo disculpa todo eso, todo, conforme va dejándose llevar. Uno admite que los héroes y los bufones de ese cine son así, uno comprende que Maggie Cheung usaba ese peinado porque estaba de moda, uno entiende que la música podría haber sido otra pero que así está bien... Y entonces se sumerge en absolutos logros de pura poesía, del poderoso ojo que tiene don Wong (tras de sus lentes negros) para encontrar la plástica, el diseño sonoro o la atmósfera necesaria que definan que el amor es así: urgente, caprichoso, ridículo, algo furioso pero casi siempre capaz de controlarse poco después, de atemperarse conforme uno descubre en dónde se ha metido, si en una cabina de teléfono o en la cama de un hotel. Uno no puede amar toda la vida en una cabina de teléfono, está claro. Pero esa magnífica escena es como todo el cine de Wong Kar Wai: el sísmico convencimiento de que el amor debería durar para siempre, de que hay momentos que hacen que todo el tiempo valga la pena, y deberían extenderse en nuestros ojos, en nuestra mente, en nuestra memoria, y no terminarse nunca.

Uno podría morirse en esa escena (mirándola, pues, sería bueno; viviéndola, mucho mejor).

También tiene dos o tres buenos momentos de película de acción. Je.


Amo el cine de Wong Kar Wai. Doy gracias a todos los cielos porque me ha salvado de la muerte y de la tristeza.

Hoy es su cumpleaños.

Gracias.

(WOAAAAAH!)

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