Perdóname, Andrea, pero disiento absoluta y totalmente de tu opinión: Lust, caution (Se, jie), del gran Ang Lee, es una maravilla. Una galopante y deliciosa maravilla. Es una gran historia, contada maravillosamente, dirigida con un espectacular sentido del ritmo y de la tensión dramática, de suspenso, de concentración en detalles que lo merecen como rostros o dedos o joyas o miradas o sonrisas o bocas oh dioses de todos los cielos los labios de esa chica. Es una gran historia, interpretada con una complejísima ambición por el mejor actor del planeta, Tony Leung Chi Wai, y por una joven que acaba de ganarse el respeto del orbe, Wei Tang: dos actores solventísimos, sencillos pero muy efectivos, capaces de cubrir un muy amplio espectro de expresiones y tan eficaces en la explosión como en la contención. Dios, qué rostro, Tony Leung: el tipo frunce el ceño y ya hay allí una leyenda para relatarse.
Qué espléndido director de actores es Ang Lee: el elenco que ha elegido ofrece un trabajo tan puro, tan vivo, tan natural como el de otra gran cinta de época en Hong Kong y Shangai, la inevitable comparación: In the mood for love. ¿Se acuerda usted, lectora, lector, de los juegos de mahjong? ¡Aquí están de nuevo, retratados con humor y con gracia y con originalidad! Y cada personaje tiene vida propia, cada uno de los secundarios e incidentales interesa. La foto es de Rodrigo Prieto: a ratos parece reportaje, a ratos parece hiperrealismo del siglo XX. La música es de Alexandre Desplat: encantadora y fascinante. El trabajo estético para la escena está de miedo: las escenografías, las locaciones, el vestuario, el maquillaje que hace que una chica morena parezca muñequita y uno, además, quiera hacerle cosas que... y eso es lo otro. Hay tanto sexo, tal contenido erótico, tanto explícito coito, que, además de que Lust, caution no es para menores, a uno lo toma todo esto por sorpresa. Y entiende entonces: Ang Lee lo ha puesto a propósito, la historia no tiene caso sin tanta carne: de eso se trata. Que lo disculpen los menores del planeta: no lo verán hasta dentro de un tiempo. Crezcan y vayan al cine: vale la pena. El único problema es verle los testículos a Tony Leung o a su doble, que da igual. Qué asco. Ni modo.
Je.
En este sitio hablan sobre la historia corta en que se basó la peli, y sobre su autora. Y este bloguero opina casi igual que yo. O yo opino igual que él. Guaréver.
[...] the difference, the very unmistakable difference, is the way they are staged — admit it, the sensuality in Lust, Caution is felt a thousand-fold more than Romance or Rape me— the reason why it will attain a status of classic vulnerability that other films never take into consideration. Tang Wei is alluring: her nipples having a rare standing ovation, her beautiful forest of armpit hairs, her childlike sensuality, her eyes that roll with fear, her pubis that moves seamlessly — everything about her radiates with passion she resembles an engine working perfectly, running the longest mile around the suburbs of desire and lust. She is an epitome of sinful simplicity, a lost kite of trapped loneliness falling relentlessly.
Soy muy feliz. Lust, caution me encanta. Por Tigre y dragón, Lust, caution y Brokeback mountain, Ang Lee se ratifica en mi personalísimo canon de Lo Bueno y Lo Justo de cine como uno de los mejorcitos. Uno de los grandes Grandes. Y además hizo Hulk, que me gusta, y La tormenta de hielo, y El banquete de bodas y, por supuesto, Sense and sensibility. Y otras no tan importantes. Yo diría:
1. Tigre y dragón.
2. Lust, caution (¡sí!).
3. Brokeback mountain.
4. Sense and sensibility.
5. Hulk.
6. El banquete de bodas.
7. La tormenta de hielo.
8. Eat drink man woman.
9. Ride with the devil.
Mención especial tiene el maravilloso corto The Hire: Chosen, de la serie para BMW donde se hizo famoso Clive Owen. Búsquelo usté en Internet, oiga.
(WOOW!)
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