La tristeza y el mundo y la música y un débil aparato respiratorio y frío en un pie y nunca haces lo que quieres pero es peor cuando no quieres lo que haces y uno aprende a administrar las frustraciones: te van quedando algunas persistentes y otras se diluyen y resucitan más tarde, como cuando levantas los trozos de carbón y crees que sólo van a elevarse pavesas molestas pero debajo hay brasas.
Me duelen los brazos. Quisiera estirarme. Yo sí quisiera haber huido a otro país. La estética de la evasión: eso es lo que hay que inventar. Que sea hermoso ser irresponsable, inocente y eternamente libre. No habría ética en los actos, sino en las omisiones. Sólo lo nulo sería hermoso.
Y ocultarse en idílica cabaña, en el más húmedo y oscuro y peligroso centro de la selva entre Centroáfrica y Camerún.
Prefiero a los gorilas que a la gente, eso seguro.
Pero no me he largado todavía.
No todavía.
(DAMN IT)
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