martes, 15 de enero de 2008

Vieja canción para irse a dormir

Siempre que abras tus libros viejos del colegio y veas mi nombre escrito en aquella página que no recuerdas cuál es, sonreirás, y a la media hora te darás cuenta de que has pensado tanto que no recuerdas ni qué día es. Saltarás a la calle buscando recuerdos, las farolas se mueven, hay mucho viento.

Siempre que abras tus ojos grandes y veas mi sonrisa empapada en cerveza y mis amigos a mi lado ocupando tu lugar, recordarás de pie, en la barra, sonriendo y sabiendo que tú estás a mi espalda, pensando lo mismo que yo: es verdad, para qué engañarnos: somos dos imanes que nunca se unirán. Pasarán los años y seguiremos mirándonos...

Somos dos imanes. Tú lo has dicho, y ni la música ni el tiempo nos pueden separar.

Seguiré cantando para ti y seguirás oyendo mis canciones en el mismo bar, y yo estaré en la barra y tú estarás a mi espalda, y cuando llegue a casa, estará esperando mi guitarra.

Sonará el teléfono y yo no podré oírla y tú, cansada de llamar, cerrarás los ojos y me olvidarás. Y yo estaré en la barra sonriendo y sabiendo que no estás y no estarás, hasta dentro de algún tiempo, en que abrirás tus libros viejos del colegio y de pronto sonreirás, saltarás a la calle, y me buscarás... Somos dos imanes...


(SÍ: ME GUSTAN LOS HOMBRES G, CHINGAO)

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