LA Gran Categoría. EL Premio Mayor. Ajá. Lo sé. El mundo entero, o al menos yo, anonadado y expectante como un adolescente en table dance. Lo sé. Lo sé. Lectora, lector: si te importan en algo los Ivanes 2007, te aviso que éste es El Gran Momento.
Como habremos visto juntos, los Ivanes son pedantes e insoportables, pero serios y clavados. Quieren divertirse y pasarlo chido, pero no se resisten a cierta dosis de solemnidad que luego no sabrán cómo sacudirse. Y no es culpa suya.
Sobre todo, cuando llegamos a la cosa del Ivanes 2007 a Mejor Película. ¿No fue un año de poca madre? Tanto, que en esta categoría compitieron a veces hasta 9 cintas 9, incluyendo Curse of the golden flower de Zhang Yimou, la coreana Gwoemul o The Host, que es la pura panocha; Ratatouille, The wind that shakes the barley de Ken Loach, Little children, 300 y la alemana Das leben der anderen, sin ignorar Road to Guantánamo de Winterbottom ni Eastern promises de Cronenberg.
Así las cosas, agradezco, lectora, lector, tu atención, tu paciencia, tu confianza en la limpieza de las elecciones y el proceso que lleva a la selección del ganador en cada Ivanes. Gracias, gracias. Hago esto para beneficio del cine.
Y vamos allá.
Lectora, lector: después de difíciles deliberaciones, de mucho café cargado, de sesudas y serenas reflexiones, he decidido. Lo hice. Ha sido un año de competencia durísima, de asombrosas sorpresas gratas y de inesperadas decepciones tristes. Pero el que llega, llega por méritos. El que es honrado, honor merece. Y el que hace bien lo que debe hacer, cosecha benéficos éxitos. A todos los competidores: mi respeto, que no lo opacará nada ya, nunca.
Lectora, lector: el Ivanes 2007 a la Mejor Película es para Das leben der anderen, Las vidas de los otros.
Sacudido el coraje de que le arrebatara con pesadas manotas el Oscar a El laberinto del fauno de Del Toro, uno se pone a pensar qué hacer con esta película de consistente guión, actuaciones brillantes, un perturbador sentido de humor y una tremebunda gana de espetarle en la cara al espectador: tú, sentado en tu butaca, de sucio corazón, de ánimos cobardes, tú, haz algo que esté bien una vez en este mundo y puede que quizá no se te juzgue por ser un absoluto miserable. Una historia de primerísimo nivel, seria, sincera, universal, necesaria. Qué hallazgo sensacional para sentirse uno menos infeliz. Inolvidable la secuencia donde Wiesler escucha tocar el piano a Dreyman. E inolvidable para siempre el trabajo finísimo de Ulrich Mühe, que se murió en aquellos días y ganó una ingrata fama cuando ya le debíamos respeto sincero. Lo escribí en aquellos días: mira en los ojos de ese señor y sé sincero y no olvides lo que ves.
Lectora, lector: ve a ver Das leben der anderen si no la has visto. Y si lo hiciste ya, ve a verla de nuevo.
Y acaba así esto.
Ji.
Éstos han sido los Ivanes 2007 a lo mejor del cine.
Nos vemos muy pronto. Buen día.
(APLAUSOS. APLAUSOS. CONMOVIDOS APLAUSOS)
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