Este año había muchos considerados para la lista. Como siempre, aunque es la primera vez que entrego los Ivanes. Me ha costado trabajo llegar a una cuota tal que, digamos, cabría dentro de mis presupuestos si el Ivanes se entregara efectivamente. Supongo que sería una especie de estatuilla más o menos parecida a mí, pero basada, más claramente, en un furioso y terrible tiranosaurio con las fauces bien abiertas y dispuestas a arrancar las cabezas de mis enemigos.
Pero los Ivanes de Plata. Los Ivanes de Plata. Vamos allá. Este año son once y que se me disculpe. Los presento en estricto orden alfabético. Nadie salga con que sorprende que sólo hay tres mujeres: mirar los trabajos que planteo y sobrarán las demostraciones.
1. Javier Bardem, por Love in times of cholera. Demostración clásica de lo que hace un actor que las puede todas, incluso en una película tan fallida. Ojo: este año será suyo el Óscar a Mejor Actor de Reparto.
2. Matt Damon, por The good shepherd. ¿Yo, ser dirigido por Robert DeNiro? Y, sin embargo, seguro que no es sencillo. Damon hizo lo que debió haber hecho cualquier buen actor. ¿Más pruebas? Vean ustedes The Departed de Scorsese.
3. Robert Downey Jr., por Zodiac y Fur: An imaginary portrait of Diane Arbus. Original. Valiente. Impecable.
4. Jackie Earle Haley, por Little Children. Con un papel tan difícil, los actores, o se hacen ver ridículos, o se vuelven de lo más aburrido. Don Jake Earle tiene un reto de auténtica complejidad en la futura Watchmen. Pero este año dio cátedra: así se produce un personaje.
5. Toby Jones, por Infamous. "Oye, Toby: a P. S. Hoffman le dieron el Óscar por hacer a Truman Capote". Seguro que Toby contestó: "¿Y qué? Soy un actor, no un ejecutivo enfrentado a la obligación de vender más cuentas". Y en punto a quién lo hizo mejor, uno se ve obligado a contestar: bueno, es que...
6. Nicole Kidman. Fur: An imaginary portrait of Diane Arbus. ¿La vieron en The Hours? Aquí tuvo una dificultad mayor: su personaje es tan excéntrico, que ha de ser repulsiva, extraña, chocante e incomprensible, pero heroica. Y lo hace. Señora: no soy soltero, pero por usted puedo hacer una excepción (no es cierto, Very, ji).
7. Cillian Murphy, por The wind that shakes the barley y Sunshine. Al sujeto le han dado tal cantidad de proyectos distintos, que se ha entrenado en lides extremas. Este año cumplió con creces. Ojo con él, que será una bomba.
8. Gwyneth Paltrow, por Infamous. Vean esta película: son cinco minutos absolutamente precisos y honestos e intachables y no se le ven a muchos actores en años. Sólo por ella, la peli vale la pena.
9. Sarah Polley, por The secret life of words. ¿Cuántos significados tiene un gesto? El cuerpo de Sarah dice: tantos como espectadores haya. Sensacional.
10. Mark Ruffalo, por Zodiac. Justo y buenísimo. Qué hallazgo.
11. Will Smith, The pursuit of happyness. No se resista, lectora, lector, a protestar: ¿es Will Smith un buen actor? Yo no sé discutirlo, pero lo que hizo con este papel conmueve al más reacio. Para trabajar en este oficio se requiere, supongo, una disposición absoluta a la sinceridad. El señor ha hecho el trabajo que requería su personaje, un personaje exagerado por sus varias transformaciones —de la vida real a la memoria literaria, de ésta al guión, de aquí al set— y al borde del cliché nefasto. Salvó la barrera. Su mejor trabajo, sin ninguna duda.
Se me quedan, no crea usted, muchos que quiero incluir. Pero ya son bastantes y la ceremonia de entrega sería larga. Así que paremos aquí.
(¡SÓLO FALTA EL IVANES 2007 A LA MEJOR PELÍCULA!)
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