domingo, 6 de enero de 2008

Una noche de copas, una noche loca


Inevitable. La escuchamos en el Gigante, comprando vinos baratos. "Manché tu imagen, me perdí yo sola, y ésa es la historia". El video y la letra seguro que producen una de las peores canciones de la existencia humana, por no hablar de la actuación de María Conchita Alonso. Pero es que luego uno pasa al recuerdo traidor de la mano de YouTube, y descubre que ella cantaba aquello de O ella o yo, y también Acaríciame, y, bárbaro, Y es que llegaste tú. Todo esto casi sirve para aceptar, sin escándalo, que apareciera en Predator 2. Y la pregunta es inevitable, a eso me refiero: ¿se puede haber pasado por los ochenta sin haberse enterado de que existía, para tormento del mundo, María Conchita Alonso? Es casi tan imposible como ignorar la existencia de Arnold Schwarzenegger.

Chale, pues.

(QUÉ DIFÍiÍiÍCIL EEeeEEES VIVIR CON DESAMOOOOoOOOoOOORRR...)

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